Historia de Temascalcingo

En su obra Nombres Geográficos Indígenas del Estado de México, Cecilia A. Robelo nos describe la toponimia del municipio. El nombre mexicano es Temazcaltzinco que se compone de temascalli, del que se formó el aztequismo temazcal, "baño de vapor o hipocausto". Tzintl es expresión de diminutivo y co, significa "en". De ahí el significado "en los temascalitos y pequeños hipocaustos" o "lugar del pequeño baño de vapor". El jeroglífico del municipio representa un baño de vapor con los símbolos del agua y una figura humana en cuclillas, tomando un baño de vapor. Nuestro territorio se ve perfectamente dividido en dos áreas: una plana, casi sin ondulaciones, a partir de la presa de Andaró, y su continuación es la del mismo valle, cruzado por depresiones y ondulaciones cada vez más marcadas. La otra parte está constituido por cadenas de cerros que limitan con claridad estos valles, tanto al norte como al sur. Nuestros cerros más importantes son: Altamirano, Baixte, Shiske por el oeste, Chato y Cruz del Alba por el sur, Joya, Botishi, y de las Palomas por el este, y por el cerro de la Cruz (Águila o Del Gallo) por el norte. Pequeñas corrientes de agua descienden de los montes y aumentan los caudales de las presas y del mismo río Lerma.

Los manantiales de agua de Los Pastores son los más importantes del municipio. La cascada de Toxi, formada por aguas del río Lerma y con una altura de 16 metros, se localiza en esta misma comunidad. El manantial de agua termal de San José Ixtapa (Ahora conocido como el Parque Ecoturístico "El Borbollón"), en el mes de Octubre de 1966, apareció. De su cauce brotan de 12 a 15 litros por segundo, con una temperatura promedio de 50°C. Dada la calidad terapéutica de estas aguas, la facilidad de transporte y la proximidad de la carretera central, se ha convertido en un lugar incomparable de descanso. Dos son las presas más importantes, ya que captan un considerado volumen de agua para el municipio: la de Juanacatlán, con capacidad de aproximadamente 6.5 millones de m³ y una capacidad de riego de 930 has., y la de San Pedro el Alto, con una capacidad aproximada de 0.95 millones de m³ y capacidad de riego para 120 hectáreas.

El más importante caudal para Temascalcingo es el río Lerma, el cual se ha domeñado con la presa J. Antonio Álzate y la presa deribadora de Andaró. La cuenca del río Lerma, hasta la última presa abarca 4,997 kilómetros cuadrados. El 43% de esta superficie, (2,108 kilómetros cuadrados) se controla a partir de 1962 por medio de la presa de José Antonio Álzate (San Bernabé). En este sentido existen 4 presas: Juanacatlán, ubicada en la comunidad del mismo nombre; San Pedro el Alto, que al igual que la anterior se ubica en esa comunidad; Santa Ana, ubicada al sur del municipio, corresponde en una pequeña porción al municipio de El Oro y es la de menor profundidad, llegando a secarse en la época de estiaje, y la de San Fernando, ubicada al norte del municipio mejor conocida como presa de Calderas. Todas son alimentadas casi en su totalidad por 39 pequeñas corrientes intermitentes que aparecen durante la temporada de lluvia. El agua obtenida de manantiales y pozos es utilizada para el consumo doméstico y en pocos casos para resolver los problemas de riego. Sin embargo, no deja de ser notable la carencia que existe en el municipio, lo que provoca la irregularidad del servicio.

La distribución de la vegetación guarda relación con nuestro clima templado subhúmedo, con lluvias en verano. Contamos con variedades de nopal, maguey, agaves, cactus, encinos, pinos, madroño, roble, en las partes altas de la montaña. En las partes bajas sauce, fresno, capulín, tejocote. Y dispersos por el valle existen eucalipto, jacaranda, yuca, zapote blanco y ahuehuete. Encontramos también yerbas silvestres, medicinales y flores de ornato. Nuestra fauna está compuesta por coyote, zorra, tlacuaches, hurón, ardilla, armadillo, gato montés, murciélago, anfibios y reptiles, entre ellas víbora de cascabel, aves como águilas, zopilote (extinto), búho, tecolote, cenzontle, carbonero, gavilán y gran variedad de insectos.

La vida está ligada con el río Lerma, en sus cuevas se han hallado yacimientos de fósiles y animales prehistóricos, al igual que hallazgos de material lítico, que nos ayuda a ubicar al hombre en épocas remotas. Santiago Coachochitlán, Santa María Canchesdá, San Juanico y Pastores eran parte de una gran laguna. La cadena de cerros que conecta las cumbres del Shiske y el Cerro Chato también formaban una presa que permitía que el valle de Solís  recibiera este líquido. Durante las crecidas tanto del río como de las lagunas Temascalcingo era una inmensa Ciénega. Debido a la presión  o a una catástrofe geológica  se produjo una fractura en el tapón original, lo que causo una enorme grieta por donde se encajona actualmente el río. El río creó su propio curso, debido a un desnivel de 8 metros a lo largo de 35 km, actuó a un tiempo como dren, modificando la Ciénega y haciéndola habitable. Comenzaron por épocas a establecerse grupos humanos aprovechando los productos vegetales que la naturaleza les proporcionaba, eran recolectores y cazadores.

Las Pinturas Rupestres de La Magdalena (hoy Pinturas de Tzindo), ubicadas en el Centro Ceremonial de Cruz Blanca, ahí el hombre dibujó su forma de vivir y pensar. Tenemos aparte dos lugares más que dan testimonio de esta época, Las Cuevas de Moteje y la situada en el parque José María Velasco, así como una serie de terrazas de ingeniería agrícola. Entre los pobladores más antiguos están los otomíes y mazahuas, luego toltecas y aztecas. Los otomíes ocuparon lugares en los que actualmente viven sus descendientes: En San Mateo el Viejo, Santa Lucía y La Magdalena, ahí hay restos de un Centro Ceremonial, especialmente en el paraje de Nejapa. Los Mazahuas son los fundadores de Temascalcingo, llamado por ellos Niñi Mbate. Temascalcingo pertenecía a Mazahuacan, al pie de la montaña sagrada Nguemore (Cerro de Jocotitlán). Sus principales centros ceremoniales se encontraban en Mesa de Yady (cerrito en el barrio del puente) y el Cerrito de Tziye en Santa María Canchesdá. De esta época se tiene una bebida sagrada llamada Sende Choo, elaborada a base de maíz. Conocían la alfarería  y había intercambio comercial con otros pueblos. En el área de San José Ixtapa, en San Miguel Solís, se han hallado vestigios de utensilios domésticos, herramientas, urnas funerarias, cascabeles de cobre, bezotes de obsidiana y cuentas de jade. Esta región era llamada Tentehuacán y es posible sean de origen Tolteca. Temascalcingo fue uno de los últimos bastiones de los aztecas, quienes junto a los mazahuas lucharon por defender el territorio.

La antigua realidad nativa de Temascalcingo, sin excluir su paisaje natural, comenzó a modificarse en la época de la conquista española. La llegada de los españoles fue conocida de inmediato en nuestra región. La región fue dominada por Hernán Cortés y Gonzalo de Sandoval, quedó ingresada al Marquesado del Valle de Oaxaca, por Real Cédula en Barcelona, 20 de julio de 1529. Cabe mencionar que el Corregimiento de Toluca, tuvo 12 aldeas dependientes y una hacienda de 450 km2. Gonzalo de Sandoval la recibió como premio a su labor, después la traspasó al Conde dePignatelli. De los últimos herederos se destacan Doña Estefanía y Don Diego quienes tuvieron una sola hija, Juana (Giovanna), una de las más ricas herederas de su tiempo, que se casó con Héctor (Ettore) Pignatelli, quinto duque de Monteleone, dando a luz a una dinastía que reunió a la inmensa riqueza de la Aragonas, la Tagliavias, los Pignatelli y Cortés, sus títulos y sus feudos, entre los cuales el marquesado mexicano fue la joya de la corona. Tras el matrimonio, el esposo asumió el nombre de Aragona Pignatelli Cortés para él y todos sus descendientes, pero de hecho se le conoce como Pignatelli de Aragón. En la primera mitad del siglo XIX, los Pignatelli designaron a Lucas Alamán como su apoderado en México, quien defendió la continuidad del pago de las rentas del Marquesado, pero los liberales cancelaron dichos pagos. Rotos los lazos económicos, los Pignatelli vendieron sus propiedades en México. Conceden mercedes de tierra el 16 de Marzo de 1540, los virreyes Antonio de Mendoza y Luis de Velasco, a Francisco Villegas, quien le cede su posesión de nuestro valle a Manuel Villegas. Este último se instaló en Temascalcingo en el año de 1571, según datos aportados por Antonio Villas en el siglo pasado. En la obra "Tributo Indígena en la Nueva España Durante el Siglo XVI", José Miranda habla del encomendero Francisco Villegas, y sobre la primera tasación: "Que den a Temascalcingo, que es la estancia donde tiene vacas y puercos, veinte indios de servicio a la cantina, doscientas tortillas de pan, cada día, cuarenta gramos de ají, medio pan de sal, cuatrocientas cargas de maíz, una de frijoles y cuatro panes de sal para los quesos". Pedro Villegas, regidor y obrero mayor de las obras públicas de la Ciudad de México en 1550, participó en la Construcción de la Hacienda de Solís. El pueblo quedó sometido a un régimen de explotación, ya que se continuó con el pago de tributos; además eran obligados a prestar servicios personales, ya sea labrando la tierra o proporcionando mano de obra en la siembra, albañilería, minería.

Antes de la llegada de los españoles en 1519, la población indíge­ na acostumbraba a vivir cerca de sus sementeras, no veía necesaria la existencia de grandes concentraciones de población; la idea
urbana era desconocida (excepto en casos muy señalados), y si había centros ceremoniales con templos, mercados y casas para los gobernantes, sacerdotes y nobles, la gran masa del pueblo venía allí sólo en días de fiesta ceremonial, de mercado o para prestar el servicio comunal de levantar o reparar las construccio­nes. Estas cabeceras eran sitios fortificados donde poderse defen­der en las guerras, pero bastante desamparadas fuera de éstas. A pesar de su dispersión, toda la gente pertenecía a un barrio (Calpulli en nahuatl) que era una unidad política y étnica con fijación geográfica a un determinado terri­torio. La razón de urgir la congregación por parte de los españoles tenía fines religiosos, políticos y económicos: se facilitaba de ese modo la extirpación de la antigua religión, la instrucción en el cristianismo y se conseguía poder controlar los grupos de pobla­ción indígena, haciendo más difíciles los alzamientos a la vez que se les tenía a la mano para el cobro de los tributos y la prestación de servicios. Las costumbres, tradiciones y forma de interpretar el mundo se vieron afectados por la evangelización, realizada por franciscanos, dirigidos por Fray Juan de San Miguel, un monje franciscano español que realizó una gran labor de mediación, evangelización y pacificación. Con el tiempo convenció a muchos pueblos de regresar a sus comarcas, los organizó en comunidades y a cada una le asignó un Santo Patrón. Fue así que se comenzaron a fundar los nuevos barrios y comunidades. El 4 de julio de 1618, llegó el primer párroco, Andrés de Reza. El templo de este lugar estaba dedicado a San Miguel Arcángel, nombre que se le dio al pueblo: San Miguel de Temascalcingo. Cabe mencionar que la imagen más venerada ha sido El Señor de la Coronación, a la que se efectúan en su honor grandes festividades. En 1680 el párroco Andrés Guiles Galindo recibe autorización para edificar la iglesia de San Miguel Arcángel en el pueblo. El 16 de Marzo de 1743 se concede licencia para construir la iglesia de Santa María Canchesdá y Sta. Ana Yenshu. Se construyen los templos de San Mateo el Viejo en 1729, La Magdalena en 1700, El Puente en 1700. En cada uno de los pueblos se comienzan a levantar capillas, la pila bautismal de la cabecera es del siglo XVI de cantera labrada, en su borde tiene cincelado el cordón de San Francisco y las insignias propias de la orden, se tenía ya una capilla abierta también y un amplio atrio. Para la administración interna los españoles establecieron el sistema de barrios y al pueblo de Temascalcingo como cabecera. Los barrios eran Maró, Puruahua, Shelle, Puente - Andaró, La Corona, Bonshó, Boquí, que hasta la fecha se les sigue considerando así. El pueblo tenía una autoridad llamada cacique y después el alcalde, en los pueblos y barrios un cabecilla, llamado por los mazahuas ndamu.

Durante la colonia Temascalcingo estuvo sujeto a la Alcaldía Mayor de Metepec e Ixtlahuaca y al corregimiento de Toluca de la Provincia de México. En ocasiones el alcalde mayor de Tlalpujahua recibía comisiones de audiencia del virrey para ejecutar algunos mandamientos en el pueblo. En el siglo XV la Hacienda de Solís no se había formado aún, pero comenzaron a avecindarse españoles que recibieron mercedes de tierras. En 1598 doña Francisca Ramírez  Chimal de Villegas, era cacique. Habiendo sido Chimal el apellido de los indios caciques de Temascalcingo. En el año de 1617, la Hacienda de Solís era ya propiedad de Gaspar de Solís, del cual derivó su nombre. En 1968, Juan Canalejo era el dueño, y en 1713 era de don Andrés Velázquez de la Rocha. Junto a esta hacienda, la más importante, se establecen la de San José Ixtapa, La Huerta, Santa Lucía Moitejé, y la más pequeña, la de San Agustín Calderas. El crecimiento del pueblo de Temascalcingo es consecuencia importante de la Hacienda, pero se asegura que fue fundado en el siglo XVI, hacia los años 1565 - 1567, por unos españoles de apellido Calderón Alanís. La primera acta de bautizo del pueblo está fechado el 1° de Febrero de 1662, con lo cual se reconoce su condición de villa y cabecera administrativa de la zona. 

En las haciendas había trabajadores llamados acasillados, que vivían cerca del casco de la hacienda y otros que venían de diversas comunidades y formaban las llamadas cuadrillas. Se continuó con la siembra del Maíz, alimento básico, pero se introdujo el cultivo del trigo, logrando que el Valle de Solís se le conociera como "el granero de la Ciudad de México". También se introducen árboles frutales como manzana, pera, durazno y membrillo. Así como la cría de ganado. En 1593 los mazahuas elevan su protesta para que no se les pida rezago de las minas de Tlalpujahua. Eran llevados a la fuerza a trabajar. En esta época se realizan también obras hidráulicas como las represas de Juanacatlán, San Pedro el Alto y San Agustín Calderas. Se construyeron puentes, atarjeas, alcantarillas, diques o cortinas de mampostería para proteger de inundaciones los terrenos, ocasionadas por el río Lerma. También comenzaron las obras de regadío. En algunas ocasiones se provocaba la inundación de terrenos, a fin de que el río depositara el limo para darles a las tierras mayor fertilidad. Para dragar el río metían rebaños de ganado en el lecho. Se construyeron graneros con enormes eras para trillar el trigo; que en principio hacían con fuerza animal. A estas instalaciones se les llamaron Jacales. Entre otros se encuentran los de Hacienda de Solís, La Huerta, San José, San Nicolás, San Vicente, San Francisco y San Agustín Calderas. Empezaron a crearse abradores para la fabricación de teja y tabique; telares para cobijas de lana, mantas; talleres de herrería y carpintería. Se comerciaba principalmente con el bajío.

A finales del siglo XVIII se construyen los portales que bordeaban la plaza principal de la cabecera de Temascalcingo. Durante los primeros años de la conquista, la enseñanza corría paralela a la evangelización; se enseñaban las primeras letras y algunos talleres (carpintería, panadería, alfarería, herrería). Muchos valores culturales practicados de la época prehispánica continuaron desarrollándose, adaptados a los impuestos por los españoles, como la música, canto, danza, en función de la nueva religión. En el hogar se continuó con la enseñanza de la lengua materna, el mazahua y el otomí, reglas y normas de conducta social y conocimientos tradicionales. En este periodo (1637) se publicó el libro de Nájera Yanguas "Doctrina y Enseñanza de la Lengua Mazahua", donde se encuentran datos de toda índole sobre las costumbres de los indígenas, y principalmente datos sobre Temascalcingo. También el bachiller Miguel Tadeo de los Ángeles escribió una obra sobre los otomíes y mazahuas. La mayor parte de las tierras estaba dada a dueños de las haciendas, mazahuas y otomíes tenían tierras comunales. El 4 de junio de 1678 una cédula real hace que la medida del fundo legal pase a 600 varas en vez de 500, medidas a partir de la iglesia. Los otomíes de San Mateo el Viejo lucharon desde 1723 - 1800 para construirse un pueblo, lucharon contra Francisco Villegas, dueño de la Hacienda de San Mateo. En 1740 se sublevaron los mazahuas para defender su tierra contra Félix de Villaseñor y Diego Félix Gálvan. José del Villar Gutiérrez hablo en nombre de ellos. En 1804 los mazahuas de Santiago Coachochitlán se sublevaron para defender sus tierras comunales. En 1778 se rebela el alcalde Juan Vicente en contra del gobernador por la imposición, maltrato y despotismo que recibe el pueblo; se autorizan nuevas elecciones, y se pide la liberación de Juan Vicente quién fuera preso en la rebelión. 

La iglesia de Santa María Canchesdá es terminada en el siglo XVIII con una fachada con espadaña de estilo barroco, con relieves, figuras de animales, aves, plantas, flores, columnas salomónicas: es el arte llamado Tequitqui. Durante el Movimiento de la independencia en México, cabe destacar la presencia de Don Miguel Hidalgo y Costilla. En documentos de José María Huitrón se asientan los archivos de la Hacienda de Solís que dicen la llegada de Don Miguel la tarde del día 23 de octubre de 1810: "Cuando por el camino que viene de Juanacatlán un señor ya grande y bien vestido montaba un caballo blanco que después supimos por dicho de sus labios y por los que lo acompañaban que eran Don Miguel Hidalgo y Costilla, los recibimos jubilosos, nos pidieron albergue por esa noche y que les diéramos a todos los que le acompañaban de comer si nos era posible, abrimos la tienda y matamos carneros, se les dio todo lo que pudimos, a la mañana siguiente muy temprano se marchó el cura Hidalgo con toda su gente por el camino a Temascalcingo para atravesar el Puente de Pastores con rumbo a la Hacienda de la Jordana, en el camino vecinos de Ahuacatitlán y Temascalcingo los acompañaban, y entre todos le dieron al cura Hidalgo 10 talegas de 1,000 pesos y 100 caballos ensillados y entrenados". Detalles que comprueban sin lugar a duda que a Temascalcingo le toca que el 24 de octubre de cada año la historia le reconozca el lugar preponderante a que tiene derecho por el lugar que el destino le señala en su designio. En la Hacienda de Solís se encuentra un monumento (cabeza de águila) que forma parte de los señalamientos de la Ruta de la Independencia del cura Miguel Hidalgo. Se colocaron en 1960 con motivo del 150 Aniversario de la Independencia de México. También se dio a conocer un documento del arzobispo Francisco Xavier de Lizana y Beaumot, en contra de la causa insurgente, fechada el 24 de septiembre de 1810, en plena misa de la fiesta de San Miguel Arcángel. El testamento de un mazahua, Tomás López, con fecha 31 de diciembre de 1849 en el barrio de El Puente, nos habla de su colaboración en el movimiento de la independencia. 

En su obra "Las Mujeres Ilustres en el Estado de México", Gustavo G. Velázquez nos dice que Guadalupe Bernal, al igual que María Antonieta García, esposa del cabecilla José María Andrade, y Gertrudis Gómez, esposa del insurgente Pascacio, fueron detenidas por las fuerzas del Coronel Cristóbal Ordóñez, el 13 de julio de 1814 en Temascalcingo; a causa de sus actividades revolucionarias, se les instruyó proceso a Tula. La ubicación geográfica del municipio era estratégica para los insurgentes, su valle fértil los proveía de alimentos: maíz, trigo, frijol. Además el Camino Real a Michoacán fue ruta de diversos grupos insurgentes. La cercanía con Tlalpujahua, cuna de los hermanos Rayón y la presencia de Andrés Quintana Roo y Leona Vicario influyeron en el pensamiento libertario de nuestra comunidad. En 1821, consumada la independencia, Temascalcingo ya tenía ayuntamiento, y su alcalde era Tomás María de Córdoba. El 2 de marzo de 1824 se erigió el Estado de México, siendo Melchor Muzquiz el gobernador. En Temascalcingo el alcalde era Gabriel Rocha. Temascalcingo pertenecía al Partido de Ixtlahuaca y al Distrito de Toluca.

Se ratifica la existencia del municipio a partir del 1° de enero de 1826, por el Estado Libre e Independiente de México. El 14 de Febrero de 1827, en forma constitucional se establece la erección del municipio de Temascalcingo. Ese mismo año se expulsa a los españoles que aún vivían en el municipio. En 1833 los pueblos reconocidos eran: La Magdalena, Maró, San Pedro Potla, Canchesdá, Santiago de las Tunas (Coachochitlán), Los Pastores, Santa Ana y Tepeolulco. En 1847, había un campamento militar, con una compañía dirigida por el capitán Manuel Garduño, originario del municipio, quién recibió órdenes de Manuel Dorantes, el día 26 de mayo de 1847, para participar en la defensa de México, durante la intervención norteamericana. Temascalcingo apoyó la causa de Benito Juárez. Hay constancia de la presencia de los liberales Melchor Ocampo y Epitacio Huerta. Melchor Ocampo realizó estudios científicos sobre la región. Colaboraron con el Manuel Dorantes, dueño de la hacienda de La Huerta.

El cura Tomás Miranda (insurgente), llegó a Temascalcingo en 1856 para hacerse cargo de la parroquia. Este cura se enfrenta a diversas incursiones de los liberales. En uno de sus comunicados al arzobispo de la mitra, le dice: "El presbítero Tomás Miranda, cura encargado de la parroquia de Temascalcingo, con el mayor respeto y sumisión pido a vuestra señoría ilustrísima encarecidamente me conceda licencia temporal para retirarme, con el objetivo de liberarme cómplice o autor del sentido contrario en esta feligresía, creyéndome con armas, lo que es un mito y de lo que se han desengañado con las veces que han cateado todo le templo y la casa cural. Curato de Temascalcingo, julio 20 de 1858, Tomás Miranda [Rúbrica]". El padre Miranda fue hecho prisionero junto con otras 60 personas tiempo después, se les acusó de tener un arsenal, y un seductor, contra la federación. El día 31 de mayo de 1861, el presidente municipal José María Obregón, recibió notificación para organizar caballería en apoyo a Melchor Ocampo, que había sido detenido en Maravatío. El patriotismo de la población era evidente, pues se celebraban ceremonias cívicas, se cantaba el Himno Nacional y se rendían honores a la bandera. Al iniciarse la intervención francesa de 1862, los habitantes de Temascalcingo celebraban reuniones en la sala capitular del municipio, para organizar y participar en la defensa de la patria. El presidente municipal, Jesús Rocha, convoca al pueblo con el siguiente manifiesto: "Ciudadanos: la patria está en peligro como lo sabéis, hoy más que nunca necesita de sus buenos hijos para defenderla, por tal motivo os invito como autoridad y como amante de la patria para que os reunáis el martes próximo a las nueve de la mañana en la sala capitular y haremos presente las sabias providencias del supremo gobierno constitucional que felizmente nos rige. Temascalcingo; mayo 1° de 1862. Jesús Rocha.". Los lanceros de Ixtlahuaca formaron parte de la brigada del general Tomás O'Horán; entre ellos estaba gente de Temascalcingo. Se pusieron a las órdenes del general Ignacio Zaragoza, participando gloriosamente en la Batalla de Puebla, el 5 de mayo de 1862. Formaron parte de las tropas comandadas por el general Felipe Berriozábal, quien en anteriores ocasiones se había dirigido por carta a las autoridades de Temascalcingo, como es posible ver en documentos del Archivo Municipal. Nicolás romero al frente de 100 jinetes, entro a Temascalcingo con su ejército de chinacos, el ejército francés, los suavos, también estaban por esta región en los llanos de San Juanico y la Hacienda de la Venta. En el puerto de Medina se dio la batalla en la que Romero derrota a los suavos en agosto de 1884. En su retorno de Valladolid a Toluca, por el camino real de Michoacán, en el paraje "El Palo de la Raya", en octubre de 1864, se celebró una comida ofrecida por las autoridades de Michoacán y el Estado de México al emperador Maximiliano de Habsburgo.

Temascalcingo se rigió por las leyes de reforma. En 1886 se creó la Oficialía del Registro Civil. Durante el siglo XIX, se sostuvo de la agricultura. La Hacienda de Solís poseía gran parte de la tierra y un sistema de peonaje y acasillados, que realizaban trabajos de "sol a sol" sujetos a la "tienda de raya"; la mayoría estaban endeudados de por vida. Se practicaba el comercio con poblaciones del bajío: San Juan del Río, Ziricuaro, Amealco, Coroneo, Tlalpujahua y Maravatío, entre otros. Estaban comunicados por los llamados caminos de herradura y eran transitados por arrieros con sus recuas de mulas o por hombres que cargaban huacales con sus productos, entre ellos la alfarería. De Temascalcingo partían: el Camino Real que subía por la cuesta del Cerro del Shiske y Bañi, llegando al camino México-Morelia; otro pasaba por el Puerto, rumbo a pastores, por San Pedro el Alto y San Mateo el Viejo. Había uno más que salía de la cabecera pasando por Maró, La Magdalena, Tixmadejé y Acambay, y el último de Temascalcingo a Solís, y de ahí a Tepetongo. Por San Juanico y Santa María Canchesdá, pasaba el camino México-Morelia.

El legendario encino "El Palo de la Raya" se encuentra en el Puerto de Medina; en esa época eran frecuentes los asaltos a las diligencias en esa región, de ahí surgen las leyendas de tesoros, como la que se conoce en esta región con el nombre de "El Ladrón de Medina". Esto en los primeros años de 1800. En el Barrio de Boquí se desarrollaron pequeñas industrian textiles para elaborar cobijas, además de obradores de teja y tabique. Existían otros talleres en el municipio: herrería (herraban los caballos, machetes, guadañas, etc.), carpintería, platería, talabartería y panaderías, que elaboraban el pan con harina de trigo, con levadura de pulque. La industria de la alfarería comenzó a darse en Santiago Coachochitlán; la tradición nos dice que el impulso de la alfarería en este lugar fue dado por el cura Miguel Hidalgo. En la cascada de Los Pastores había un molino de trigo, movido por las aguas del río Lerma; pertenecía a la Hacienda de Toxi. En otros aspectos, los poblados eran pequeños, con una iglesia al centro y casa alrededor, hechas de adobe, madera, teja o tejamanil. El agua para consumo del hogar se traía en cántaros de los pozos a los que se les ofrecía una ceremonia el día 3 de mayo. Para la iluminación se utilizaban teas de ocote, velas de cebo o cera de abeja. El combustible era principalmente leña, para encenderla se tenía la costumbre de guardar brazos entre la ceniza o producir fuego con yesca y pedernal. El 19 de marzo había una ceremonia al fuego.

Entre las obras más destacadas en el municipio em esta época se encuentran: la reconstrucción del camino México-Morelia en 1869. La construcción de la Presa de San Pedro el Alto, que se hizo en varias etapas. Plutarco González visitó Temascalcingo en 1856 y dio su apoyo a esta obra. La presa "La Toma de Agua" y los canales iniciales para el regadío del Valle de Solís se comenzaron el 24 de Noviembre de 1872, concluyéndose el 2 de agosto de 1875, siendo dueño de la Hacienda de Solís Juan Noriega, español de origen; la obra fue dirigida por Ignacio González, mestizo de Ahuacatitlán, que era un gran albañil y arquitecto práctico. Ambos se entregaron a la construcción de la presa, y gracias a su obra para 1900 queda regularizado el curso de aguas del río Lerma. Otra obra importante fue el Puente de Fierro, construido sobre el río Lerma. Se iniciaron los trabajos en 1880 y se colocó en 1881, su longitud era de 35 m. 19 cm. y tenía 4 m. de ancho. El Puente de Fierro fue construido en Estados Unidos por la compañía Wrought Iron Bridge Co. de Canton, Ohio; llego al puerto de Veracruz en el barco "Santiago de Cuba" en 43 bultos y la obra fue dirigida por el Ing. Eduardo L. Gallo; el costo del Puente de Fierro fue de $2,464.18. Uno de los promotores fue Luciano Martínez, entre otros vecinos de la cabecera municipal.

Se continuó con la construcción de los portales en la Plaza Principal, la edificación del primer Palacio Municipal y la Escuela Oficial Para Niños y Niñas. El 6 de febrero de 1883 se inaugura el tramo de vía del ferrocarril México-Morelia, promovido e inaugurado por Prudenciano Dorantes. Su recorrido por el municipio era de 11 km. Había una estación de ferrocarril en Solís. En 1901 llegó hasta la Hacienda de Solís. Durante el gobierno municipal de Jorge A. Chaparro, en 1892, se construyó el teatro que posteriormente llevaría su nombre. A pesar de los problemas políticos, sociales y económicos de la época, Temascalcingo poseía valores culturales muy importantes que la mantenían unida y en armonía. El desarrollo de esta cultura quedo de manifiesto en varios aspectos: La celebración de la fiesta del Señor de la Coronación, El Jueves de Corpus, La fiesta de San Miguel Arcángel y de la Virgen de Guadalupe, entre otras. En la víspera se quemaban cohetes, castillos y toritos; animado con música y danzas; se repartían jarros con atole y pan, todo era una fiesta comunal organizada por mayordomos, fiscales y semaneros. La educación la impartía el Ayuntamiento en grados elementales llamadas "Las Primeras Letras". El Alcalde José Narciso Velasco impulsa la educación en 1826. El maestro José María Gómez Obregón (tío de José María Velasco y su primer maestro) introduce en el municipio el método educativo de la Compañía Lancasteriana en 1848. Por sus ideas renovadoras en materia educativa destaca el maestro Ignacio Garduño en 1854. Hacia 1888 había escuelas de instrucción primaria en la cabecera municipal, con la noble labor de maestros como: Concepción Canedo. Se fundó el colegio particular de la Sagrada Familia, que ahora lleva el nombre de su benefactora, María Salome Chaparro. En 1840 nace José María Velasco, dos años después  Ildefonso Velasco, eminente médico. También Nace Prudenciano Dorantes, destacado político. También los teólogos Vicente y Felipe Chaparro, quienes impulsaron la cultura, la pintura, la música, el teatro y la literatura, además introdujeron la imprenta.

La desigualdad social y económica se había acentuado durante el porfiriato. Las haciendas y sus anexos eran propietarias de más de 30 mil hectáreas. En 1910  la cosecha fue de 35,000 cargas de maíz (7250 ton), pero los peones ganaban al día 20 centavos y dos cuartillos de maíz. Temascalcingo ya formaba parte del Distrito de El Oro de Hidalgo. Siendo gobernador José Vicente Villada, el congreso local con fecha 13 de Octubre de 1902 expidió el decreto número 50, erigiendo el Distrito de El Oro de Hidalgo. El movimiento revolucionario de 1910 tuvo repercusión entre mineros y trabajadores de la Hacienda de Solís, surgen partidarios de Zapata, Madero y Villa. El Ing. José de Jesús Reynoso se convierte, entre los mineros, en un defensor de los ideales de Madero. Campesinos de la región se fueron a las fuerzas del Sur de Emiliano Zapata, comandados por el general Inocencio Quintanilla. Jacinto Huitrón fue líder de la Casa del Obrero Mundial, la organización laboral más importante en los inicios de la Revolución, descendía de padres originarios de Temascalcingo. Entre los hombres del municipio que participaron en el movimiento se menciona a: "El Artillero" Leandro Cruz; los villistas Victoriano Pérez y Francisco Cervantes; Rafael Tarafín Briseño; el teniente carrancista Julio Garduño Quitana y Marciano Vera Reyes, entre otros. En el Congreso Constituyente de Querétaro de 1917, participaron como diputados constituyentes José de Jesús Reynoso, como propietario y como suplente Antonio Chaparro, representando al Distrito de El Oro. El 5 de febrero de 1917 se promulga la constitución de los Estados Unidos Mexicanos.

El grito Tierra y Libertad se escucha por primera vez en la región en San Pedro Potla, el 1° de Diciembre de 1915, logrando la resolución favorable para ellos el 18 de abril de 1929. El ejido se formó con tierras de la Hacienda de Toxi; así nacieron los ejidos de Pastores, San Pedro el Alto, el de La Corona; por su parte La Magdalena, Cerritos de Cárdenas, Ahuacatitlán y Gabino Vazquez formaron sus ejidos con terrenos de la Hacienda de Solís; Tepeolulco con tierras de la Hacienda de la Jordana; San Juanico y Santa Ana Yensú formaron su ejido con tierras de La Venta del Aire; los de Temascalcingo, El Puente Andaró, Santiago Coachochitlán se formaron con terrenos de la Hacienda de La Huerta y Solís. San José Ixtapa se formó con terreno de la Hacienda el Tejocote; San Mateo y San Mateo el Viejo se formaron de la Hacienda de Santa Lucía Moitejé de Braulio Becerril. La Magdalena, Cerritos de Cárdenas, Ahuacatitlán y Gabino Vázquez formaron sus ejidos con terrenos de la Hacienda de Solís; San José Ixtapa formó el suyo con terreno de la Hacienda El Tejocote. La dueña de estas haciendas era Dolores Quintanilla Viuda de Orvañanos.

Durante el gobierno del general Lázaro Cárdenas, se logró el mayor reparto agrario, se dio a los ejidatarios posesión de la tierra, y la dotación de agua del Río Lerma para regadío, ésto en 1938. El movimiento agrario en nuestro municipio fue una lucha de más de 20 años; entre los dirigentes campesinos de esta región están: Claudio Bello, Domingo Armenia, Profr. Onésimo Chimal, en el ejido de Temascalcingo. Donaciano Albino, Martiniano Careaga, Antioco Albino, J. Valentín Garduño Quintana, José Pacheco y Valente Albino, en el ejido del Puente Andaró; José Esteban, en Santiago Coachochitlán; José Solache, Pedro Perfecto Nicolás y Maximiliano Cárdenas, en San Pedro el Alto; Pedro Romero en San Pedro Potla y muchos más en otras comunidades. Tierras de común repartimiento desde la época colonial, recibieron títulos de bienes comunales en los poblados de Santa Ana Yensú, San Mateo el Viejo, San Pedro Potla, Puente Andaró,Santiago Coachochitlán y, en forma conjunta, los siete barrios: Puente Andaró, La Corona, Shelle, Bonshó, Purahua, el Calvario y Maró, que son tierras colindantes con la cabecera municipal. Se dice que los títulos de bienes comunales son "la cobija del pueblo".

En la mañana del martes 19 de noviembre 1912, un violento terremoto destruye gran parte de las casas, iglesias, edificios, los portales de los mercaderes y el de Guadalupe. El sismo abarca un área de 800 km² que incluyo a Acambay, que resulto el pueblo más arrasado. En Temascalcingo hubo 302 casas destruidas, 77 en San Pedro el Alto, 124 en La Magdalena, 65 en El Puente, 47 en Maró. 615 en total, 20 muertos y más de 400 réplicas durante un periodo de 6 meses. Se derrumbó la Iglesia de San Miguel Arcángel, que estaba en construcción, y que no vino a ser terminada hasta 1960. Dentro de las obras importantes que se realizaron en esta época se encuentra la construcción del Kiosco y la portada del reloj, con columnas de estilo corintio en 1903. La construcción del acueducto para llevar el agua de los manantiales de Los Pastores fue de gran importancia en esta época. La obra fue iniciada a finales del siglo XIX, promovidas por Luciano Martínez y Jorge A. Chaparro. Continuaron en Varias etapas y fueron superados problemas con las Haciendas de Solís y Toshi, cuyos dueños se oponían a la obra. Fueron construidos 11 km de acueducto, labrado en los acantilados del río Lerma, un puente, se perforo un túnel y construyeron depósitos. La obra fue dirigida por el ingeniero Rosenzweig. La etapa final fue costeada por Antonio Chaparro y el Arzobispo de Morelia, Leopoldo Ruíz y Flores. La inauguración tuvo lugar el 13 de mayo de 1933, en 1966 se reconstruyó el acueducto, y el 20 de octubre del mismo año fueron declarados propiedad nacional las aguas de los cinco manantiales de Los Pastores. En 1980 se incorporó el sistema de Junta Local de Agua Potable de Temascalcingo.

El licenciado Isidro Fabela, le da el nombre de al municipio de Temascalcingo de José María Velasco mediante un decreto el 14 de julio de 1945. El 5 de Agosto de 1988, quedando con el nombre de Villa Temascalcingo de José María Velasco. Durante el gobierno de Don Alfredo del Mazo Vélez, se entra en una nueva etapa de desarrollo. Nace el Temascalcingo moderno, se construyen escuelas, se abren caminos, se introduce agua potable y la energía eléctrica. En esta época es diputado local por el distrito de El Oro, originario de Temascalcingo. La luz eléctrica se inaugura el 5 de marzo de 1949. El 31 de enero de 1949 surge un conflicto  en San Pedro el Alto por la campaña veterinaria de la fiebre aftosa, surgen hechos violentos y muere el veterinario estadounidense Albert Proctor y seis mazahuas, teniendo como fondo la falta de comunicación e información.

Fueron mejoradas las comunicaciones terrestres acondicionando el camino  Bassoco-Temascalcingo. El puente de concreto Valente Manzo, sobre el río Lerma en la Toma de Agua se inauguró el 5 de septiembre de 1951. En la Hacienda de Solís se instala el Centro de Capacitación Campesina, Jyasu Solís, que en lengua mazahua significa Nuevo Amanecer. Este centro y la remodelación del centro del municipio fueron inaugurados el 24 de octubre de 1973 por el Presidente Luis Echeverría Álvarez, y el gobernador Carlos Hank González. En un programa de defensa de la ecología se construyó el Parque Recreativo José María Velasco, que fue inaugurado el 28 de septiembre de 1978 por el Doctor Jorge Jiménez Cantú. Entre los forjadores de la educación tenemos a Onésimo Chimal Reynoso. Francisco O. Reynoso introdujo métodos de enseñanza, estableció un Centro de Capacitación Magisterial Sabatino, fue director de la Escuela Oficial de la cabecera, la que como justo homenaje a su labor, lleva su nombre. En esa destacada generación de maestros se encontraban: Pinito Reynoso, Luisa López, Esperanza Morales, Dolores Quintana, Agustín Miranda, María de la Luz Figueroa, José Correa, Filiberto Barrera, Francisco Durán y Francisco Ponciano (bilingües estos últimos dos). Así como los maestros Isidro y Braulio García, quienes fundaron el Centro Educativo Lumen. El profesor José Rodrigo Fajardo inició una etapa renovadora al crear la primera escuela secundaria del municipio. La escuela Federal José María Velasco fue fundada en 1960. La escuela preparatoria en 1977 destacando la labor del maestro Rogelio Reynoso Nava. El colegio María Salome Chaparro fue creado hace más de un siglo. El colegio Cristóbal Colon fue fundado por fray Juan Blásquez Gómez; entre sus alumnos destacados se encuentra Mario Colín Sánchez, quien impulso la cultura en el municipio. En 1932 se estableció el Seminario Conciliar de México. Desde 1913 se cuenta con servicio telefónico con la primera línea Temascalcingo - El Oro, pero en 1960 siendo presidente José Valdés se inaugura el Servicio de Teléfonos de México. La actividad teatral, que tiene una fuerte tradición local, únicamente se desarrollaba en las vacaciones, dos personas eran las que fomentaron más este tipo de actividades Carolina de Ramírez y José Antonio Garduño quienes fungían como directores teatrales. A principios de siglo circuló papel moneda impreso en Temascalcingo. Ahora el servicio bancario se realiza a través de diversas instituciones, el primer banco se instaló en 1979. Se declara Reserva Ecológica al Cerro de Altamirano y se protege a la mariposa monarca, con el decreto del 9 de octubre de 1986. Se crea la comisión recuperadora de la cuenca del río Lerma el 16 de agosto de 1990.

En 1970 CASART construyó tres naves artesanales, en Santiago Coachochitlán, Santa María Canchesdá y San Juanico, donde se producen vajillas, de color gris y azul cobalto (en sus inicios). También se comenzó a hacer a tipo Talavera en el taller de Luis Bernal en Santa María Canchesdá. Los productos son de alta calidad y de fino acabado, los productos son vendidos en el Museo de Arte Contemporáneo, Museo Nacional de Arte, entre otros. Se encontraba también un taller de platería tradicional del señor Pablo Camacho. En Coachochitlán y Bombaró también se encontraba una fábrica de estructuras metálicas y muebles para comercio y oficina. En 1996 nace el periódico Temascalli, se desarrolla un movimiento por la democracia y la defensa del patrimonio cultural. La defensa del Puente de Fierro donde interviene finalmente el INAH en 1998. El pueblo mazahua de Tepeolulco toma el edificio de la presidencia municipal el 2 de julio de 1998 por el conflicto de agua potable.


 El municipio es también una zona de potencial minero, desde cantera moteada, cantera rosa, tepetate, cantera celeste, y cerca de San Pedro el Alto se ubican las minas abandonadas de Plata, también hay de mercurio, azufre y plomo en los alrededores de Ixtapa. La mina más importante era Mina: La Ponderoza - Mercurio. Se extrae cantera rosa principalmente del ejido de Coachochitlán y de los bienes comunales de los siete barrios de Temascalcingo (La Pedrera). Esta cantera se usa para enlosar calles, revestir fachadas, trabajos artísticos y decoración. La zona arqueológica, donde se conservan restos prehispánicos aún no está debidamente explorada, se ubica entre los km 29 y 34.5 de la carretera estatal No. 83, dividida en dos partes, la primera junto a Ixtapa que es riquísima en piezas de cerámica y alfarería precortesiana; la segunda ubicada en el Cerro de la Campana, guarda lo que debió ser un Centro Ceremonial de influencia teotihuacana de importancia pues  del lugar el INAH ha extraído ídolos e imágenes sagradas.

Personajes de Temascalcingo

Miguel Tadeo de los Ángeles, párroco de Temascalcingo y originario de Tepozotlan; en 1738 escribió una obra referente a los idiomas mazahua y otomí.

En la época de la independencia, Julián Villagran, Guadalupe Bernal, María Antonieta García y Gertrudis Gómez.

El Capitán Manuel Garduño en la época de la intervención norteamericana.

Jesús Rocha en la intervención francesa.


José María Ruiz y Flores, FranciscoGarduño Canedo, Ramón Ruíz, Juan Huitron, Raúl Vilchis, Juan Contreras y TomásGarcia Erasmo en la pintura.

En la música Juan Ala, Francisco Albarran, Julian Galván, Florencia Quitana y José Correa.


En la poesía Vicente Chaparro Ruíz, Juan Huitron, J. Guadalupe Chaparro, Guillermina Chavez, María de los Angeles Moreno, Yolanda Chaparro Vargas, Pablo Flores, Victorino Bello.

Como escritores Manuel Ruiz Figueroa, Ignacio Osorio Romero, Daniel Praxedis Reynoso, Rene Garduño López.

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